1. Compruebe la calibración de los neumáticos

La calibración debe comprobarse semanalmente, con los neumáticos fríos, y ajustarse si es necesario. Además de una vida útil más corta, los neumáticos poco inflados presentan un desgaste irregular y sobrecalentamiento.

2. Cuida del almacenaje de los neumáticos

No deje que el neumático entre en contacto con agua, grasa o aceites. Además, mantén los neumáticos alejados de motores eléctricos, ya que liberan ozono, un gas perjudicial para el caucho.

3. Elimine las bolsas de aire entre el neumático y la cámara de aire

Monte su cámara de aire e ínflela a unos 10 libras/pulgada2. Mueve un poco la válvula y después infla a la presión recomendada.

4. Esté atento a la profundidad de la banda de rodadura

Comprueba regularmente la profundidad. Si es inferior al 25% del total, llama a un especialista para solucionar el problema.

5. Monte siempre su neumático con herramientas adecuadas para evitar daños a la llanta, a la cámara de aire y a los talones del neumático.

Para evitar daños en la llanta, la cámara y los talones (pestaña) del neumático, se recomienda lubricar los bordes de los talones del neumático con desmoldeante neutro. Esto facilita un ajuste perfecto con la llanta.

6. Observe posibles grietas en los neumáticos

Compruebe siempre si hay desgaste natural, caucho seco o cortes profundos en el neumático.